Amo el otoño
por esa apacible nostalgia
de sus días grises.
Amo el otoño
por la melancolía
del rocío matinal
y los árboles desnudos.
Amo el otoño
por el matiz atractivo
de las hojas que yacen
en la soledad lánguida
de sus calles
y en la paz,
de mis ojos complacidos.
Amo el otoño,
en mi penuria solitaria,
porque siempre
me recuerda a vos.
ULGDORST
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