domingo, 4 de noviembre de 2007

CALMABA

Calmaba su dolor acerbo aislándose en un vidrio,
era un dolor feroz que la agobiaba
de esos que hieren y queman las entrañas
de esos que devoran sin piedad sueños e ilusiones.
Procaz compañero de solitarias noches de invierno,
que le arrebataron temblores a su castigado cuerpo,
desnudando espejos que eludieron reflejar
los contornos de su interior desdibujado.

Poco a poco, fue olvidando su sonrisa,
peor aun, fue haciendo piel esa expresión atribulada,
rasgo que yace cobijada y dócil,
en trémulos labios, templo de reparos y letanías.

Secreto, el destino de su tierna mirada,
ojos canela y miel, que inspiraron, nuestro diario andar
por el complejo arte de vivir.

En nuestro cuarto, las pasiones.

En el patio, los helechos y amarantos,
agonizaron mustios, ausentes de su amor.

Aromas de pan caliente,
música clásica y películas de época,
su estudio repleto de proyectos embrionarios,
los libros de Tolkien, Proust, Kafka y Borges;
el color amarillo y la fragancia a jazmín.

Sus miedos la conquistaron
los magullones del tiempo reclamaron posesión.

Se rinde y se rebela. Perece y renace.
Entre fantasmas y tinieblas.
Estados espinosos del alma.

Es tan dulce su verdad.
Huracán de amor que no soporta mas prisión.

Solo necesita
sentirse amada.

ULGDORST

1 comentario:

MIGUEL ANGEL SIMILI dijo...

jorge si puedes comunicate. artistasrosarinos@gmail.com gracias Miguel