domingo, 11 de noviembre de 2007

HILOS DE AMOR

Hilos de amor,
proyecciones vibratorias girando dulcemente,
danza ritual de sentimientos que me entregas
y atrapan mi corazón vencido.

Insalubre adicción,
esta manifiesta pérdida de la realidad
y los inusitados goces
cuando tus caricias invaden mi cuerpo.

Has detenido el tiempo
en este abril;
siempre saltas los escollos
y allí me atrapas.

Es de noche,
mi cuerpo dice
que ha pasado mucho tiempo.

Este amor
no tiene fin.

ULGDORST

PERTRECHOS

Pertrechos de pasión
son mi carencia,
silencios desbordados
me torturan,
y deambulo tambaleando
por la sala.
El pasado
con su cruel costumbre escapista,
se escurrió despiadado
entre tristezas,
y las grietas
penetrantes del vacío,
desoyen los susurros rebeldes
de una intrepidez desgastada.

Tantas veces te vi pasar,
tantas te adiviné,
desde el alto ventanal
de mi cuarto sombrío y oscuro;
tantas veces
mi corazón desenfrenado
anheló extraviarse
en el ignoto laberinto
de tus dominios.

Tantas veces.
Tantos días.
Tantos años.

Y hoy, justo hoy,
que te acercas a mi;
hoy, justo hoy,
yo,
debo morir.

ULGDORST

ARTE

Extrañarte
buscarte
encontrarte
mirarte
atraparte
acariciarte
acercarte
abrazarte
apretarte
rasguñarte
besarte
desearte
amarte.

De vez en cuando,
vida mía,
practico el arte
de pensar en vos.
ULGDORST

OTOÑO

Amo el otoño
por esa apacible nostalgia
de sus días grises.

Amo el otoño
por la melancolía
del rocío matinal
y los árboles desnudos.

Amo el otoño
por el matiz atractivo
de las hojas que yacen
en la soledad lánguida
de sus calles
y en la paz,
de mis ojos complacidos.

Amo el otoño,
en mi penuria solitaria,
porque siempre
me recuerda a vos.

ULGDORST

PUERCACITY

Viaja mentira junto al traidor,
son casi amigos y disimulan
no dan amor por el temor
que sea cierto
algo que ellos, nunca dirían.
Ciudad falaz, en este otoño,
ruedan cegados, turistas grises,
boys limpiavidrios,
dealers, travestis, rock,
pornoshow y malabaristas.
Cruzan el centro, carne a la estaca,
en restoranes de mucha plata,
mientras al lado, en los suburbios,
los basurales, brindan mohosos trozos de pan,
que hay que robarles a alguna rata.
Chicos descalzos, mocos de frío,
tipas que piden y que se ríen,
sobras de vino, merca y apriete.
Sin maquillaje, corazones áridos,
en barrios ásperos sin anestesia para vivir.
Triste escenario desde aquel auto,
mira mentira, mira el traidor,
y no ven nada alrededor,
solo preparan y acicalan
su mejor máscara,
para la foto, para la cáscara.

Gran suplemento, de este domingo,
página dos, brillo en sociales,
está mentira junto al traidor
“que gran ciudad que gobernamos”
dicen a coro
“todo es amor”.

ULGDORST

MODELITO

La viste,
no habla
camina
se muestra
sonríe,
no piensa
no puede
le cuesta.
No come
no debe,
no ama
no sabe,
no opina
de nada,
son todas
bobadas.

Solo
le preocupa
si el mundo
se acaba:
“ la plata
y la ropa
para desfilar
las tienen
guardadas?”

ULGDORST

domingo, 4 de noviembre de 2007

CALMABA

Calmaba su dolor acerbo aislándose en un vidrio,
era un dolor feroz que la agobiaba
de esos que hieren y queman las entrañas
de esos que devoran sin piedad sueños e ilusiones.
Procaz compañero de solitarias noches de invierno,
que le arrebataron temblores a su castigado cuerpo,
desnudando espejos que eludieron reflejar
los contornos de su interior desdibujado.

Poco a poco, fue olvidando su sonrisa,
peor aun, fue haciendo piel esa expresión atribulada,
rasgo que yace cobijada y dócil,
en trémulos labios, templo de reparos y letanías.

Secreto, el destino de su tierna mirada,
ojos canela y miel, que inspiraron, nuestro diario andar
por el complejo arte de vivir.

En nuestro cuarto, las pasiones.

En el patio, los helechos y amarantos,
agonizaron mustios, ausentes de su amor.

Aromas de pan caliente,
música clásica y películas de época,
su estudio repleto de proyectos embrionarios,
los libros de Tolkien, Proust, Kafka y Borges;
el color amarillo y la fragancia a jazmín.

Sus miedos la conquistaron
los magullones del tiempo reclamaron posesión.

Se rinde y se rebela. Perece y renace.
Entre fantasmas y tinieblas.
Estados espinosos del alma.

Es tan dulce su verdad.
Huracán de amor que no soporta mas prisión.

Solo necesita
sentirse amada.

ULGDORST

UÑAS DE BISTURÍ

Dentadura filosa,
armadura bestial que desgarra mis sentidos,
uñas de bisturí,
agrietando y marcando surcos en mi piel;
fantasma profano danzando sobre mis restos
con el temblor de mi cuerpo se alimentó.

Mueca burlona de mi pasión.

Silbidos de dolor
que gozan y resuenan
envueltos en sábanas calientes sobre la cama;
remolino de palabras extrañas
que presumen, golpeando mi rostro.

Gotas de sudor ardiendo al caer
y resuellos en su boca.

Lengua sedienta y lasciva,
acariciando mi sangre con dejos de placer.

Senderos de poder
rituales que me someten.

Como logró coquetear con mis fronteras?

Sueños oscuros,
verdades inconfesables.

ULGDORST

QUIERO

Quiero mendigar
tu cariño.

Quiero devorarlo
ávido e irracional.

Quiero suplicarte sonrisas
que me desborden
atiborrando mis ojos.

Quiero turbar mi corazón
con peregrinos gestos
que revelen tu ternura.

Quiero alcanzarte
suave y frágil.

Quiero capitular
ante tu cuerpo.

Quiero luego,
en vos,
morir.

ULGDORST

EXILIO DE SUEÑOS

Exilio de sueños.

En un trueque
de antiguas monedas,
la intrusión de frustraciones
dio al sinsabor
calidad de compañía.
La textura áspera de los años
castigó mi vista;
mi cuerpo adolece
los escapes olvidados,
y solo el lápiz,
extensión que manifiesta mis ideas,
evita,
el genuino derecho
a mi descanso eterno.

Luego,
el laberinto tierno y mágico
de tus brazos,
me retornan
ávido y lozano.

Amado,
recupero las ganas de soñar.

ULGDORST

TE VI

Te vi
escondida y de color,
fue ese pincel
que transformó tu rostro,
noté tus manos manchadas
y felices.

Fue amarilla tu sonrisa?
O era el sol
que devorabas?

Los trozos de espejos
sobre el mesón
reflejaron tu fausto matiz.

La brisa fresca,
que invadió tu taller,
hoy,
te robó los grises.

ULGDORST

RECUERDOS


Le muestro la cara al día,
gris el cielo
en mis ojeras;
corrosivo dolor de tus palabras
y una brisa caliente
que de tu norte me abraza
atrapando mi sufrir,
construyendo muecas de vacío.

Recuerdos,
en esta estación abandonada
donde se detuvo mi vida,
y mi cordura
se extravió entre yuyales
que hoy,
envuelven mi cuerpo.

ULGDORST